Basta

Te sientes como aquel huésped 

que ha perdido su cartera

en el desierto de Nevada.

Metida en un formato

oculto por las cortinas del terciopelo vino

subes las paredes estrellando tu nostalgia.

Hierve el aire tras los ventiladores 

y la botella del frigobar se ha convertido en una boca falta de palabras.

Golpearte contra el pilar del papel mural.

Insertar el daño en una cuenta que te ahoga

letalmente con collares de animales sujetos.

Sentir la pérdida de los koalas en los eucaliptus rojos.

Atorar las alas para un despegue de lagunas.

Un habitante de tierras de melaza. Harto 

de la leche agria, de los escollos

en las curvilíneas.

Un hidrogel que seca alcalino

sobre las pieles del hipotálamo.

Señal de hueso, molusco de vivero.

Nariz en un contexto de descuadres y notas.

Agua

y saber que hay que soportar lo justo.

Para exclamar:

-"Basta".

Y pegar una coz en todos los hirientes ojales.

De los que amamos

con el órgano fuera del metal y la falsedad.

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