Pongamos que hablo de Septiembre

Septiembre no viene solo
le acompañan el catálogo de Ikea,
los aniversarios no resueltos.
Las playas en amnistía
y los estómagos de la noche con Almax Forte.
Es un mes caudaloso
de vueltas sin partitura y maternidad
en la memoria.
Tal vez en un septiembre fui
esposa, madre y nada.
Un adoquine de las vides dispuestas
a ser las carcajadas del vino.
Septiembre me recuerda a mi tierra.
A las alforjas que lleva el asno de mi branquia.
El amor cauto
que te profeso como una luna
que mira desde la cocina
y respeta el silencio de tu viento.
El día que acorta su lengua.
Los racimos de los que amo
en música de móvil:
para un ciclo nuevo de león
que espera delante de su maceta
que nazcas Otoño.
Porque me da miedo morir
con la desnudez de tu mano lejos.
Septiembre.
Debería llamarse: Empezar,
en te quiero lo suficiente para esperar delante del lobo, añoranza y también amuleto.
El calor se larga con la publicidad.
En mi mes preferido
que te dará el fruto de la gente.
Sonríe que nos miran...

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