Rebelión a borde

El exterminio de la reserva Apache
y una águila dibujada por el dedo infantil,
guarecido miembro amputado de su vida,
en el arenal.
No hay nadie.

Una última foca sin pareja,
nada ausente
entre los bancos de sardinas,
está añeja y sabe...
que es el último desembarco de su especie.

Si con mi poema pudiera salvaros
de la raza,
de la extinción.
Si con el amapola
diera cobijo,
no sería asaltado un camión con víveres
para los refugiados de guerra.

¿Di amor?
¿Dónde es el inicio de los afluentes?
¿Dónde, del llanto
por los que han perdido
a sus seres en una
cámara de resonancia, trenes o aviones?

¿Dónde, sí, hay minas
con manos pequeñas que juegan
a comer pan?

Di, si en este estercolero
puedo palidecer al escarnio,
y poseo derechos poéticos
a tanta inmundicia
hecha del hombre hacia el hombre

Por qué siempre habrá minorías,
animales disecados
y esta pesadumbre
de amarte sin medida


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