Inflexión
Acaso el corazón manirroto
caza con su despropósito
el ungüento.
Sabedor de avispas e hidroaviones
uno pasea con el peligro desdentado
de la corriente de aire que lo aniquila
antes del aterrizaje en el hangar.
Aventura de moscas y otros insectos
de coleccionista, el temor que
retornen los cines de cajas de sandalias,
las porterías con linternas
y el aparato en un dispositivo de calibre
para cualquier ser humano que ose
a estirar las alas a una libélula.
La palabra posee la taxidermia
del que piensa, por eso el pienso
es precipitado rocío de barraca
para vergeles que volverán a la pandemia.
El teatro en la televisión del Carrefour.
Los espectáculos en VHS:
reliquias de finales sin la oportuna legalización
de la demografía.
Y volveremos a Cela, gacela sin bosque.
Y a contar con las manos.
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