Poesía a muerte

Alguien que reniega de la poesía

confiesa abiertamente que lo que único

que le ronda por la jeta es la caja de registro.

Pleitesía según comenta el zagal

porque venera más al santo que al cofrade

y digo yo, que el lector paga por uno y por otro.

O es que la poesía es para unos pocos

y la mortaja no es, si acaso, para todos

al gimotear la muerte de un género

en manos de las masas y cercar su voz

en unos pares y algunos fervientes,

porque incómoda la sapiencia espacial

del que mide cantidad por nada.

Nada la verdad que obstante

del que reniega de la palabra

y se pasa por el locutorio a Lope 

o al mismísimo Góngora y Quevedo

que han batido records de audiencia

durante siglos escribanos sin internet,

sin feudo y sin Tik Tok.




Comentarios

  1. Hace tiempo dijo un poeta que sangraba, luchaba y pervivía para la libertad. Ahora se dice lo mismo pero para la comodidad.

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