Treniáurea
Una infiltración en la rodilla
bien parece Roma en ruinas
sobre los hombros.
La pierna se revela de un modo insolente
no cumpliendo la expectativa
del trotar deliberante.
Coja apaciguo la resignación
de que las olimpiadas son carreras de sacos
para una extremidad apocalíptica.
Echo de menos correr tras los trenes,
brincar como la carta lanzada
por el jugador más avispado
de póquer.
La rótula se apodera de toda la energía
de mi coraza para construir
esa ciudad derruida por los bombardeos.
Tricota el tejido, la ciencia igual que
Penélope en una sidrería regenerando
con la angustia, un edema de cordillera sísmica
y haciendo añicos el triste paseo a la cama.
Echo de menos correr tras los
T r e N e sssssssss.
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