Tattoo
Miro los tatuajes ajenos.
Como un buzo con su escafandra.
Salgo entre pulpos y anémonas
de paisajes portuarios.
En el trazo cutáneo
que distingue la carne de la tinta.
Calamares, ganancias de pecadores.
De anclas con iniciales.
De dibujos multicolor o simplemente un borrón
envejecido por el sol y la sal.
Los miro cómo si en ese abordaje
de ojos
pudiera atravesar el instante
en que la aguja con su motor
te recuerda la inquina,
el desagravio del que te convierte
en un garabato sobre la tela.
Yo quisiera escribir del ciprés
y de la corteza que lo corroe.
Pero perpleja ante la geografía yakuza
sólo puedo creer en la carencia tonal.
De cada trazo
escrito en mi piXel.
Demasiado alambicado para mi gusto.
ResponderEliminarMe gusta la palabra: alambicado. Siempre de lo escrito hay que extraer algo positivo. Un abrazo Julio 😘
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