Esnobismo
Me gusta conjurar altercados
con las palabras. Ellas se enojan
y viran a la necesidad
de ser entendidas hacia la locura
del estruendo.
Siempre he creído
que mi vocación corresponde al descalabro.
Mezclar ensaladilla con café y leche.
Coger taxis y contabilizar
el tiempo de los semáforos con divisas.
Confiar en la buena fe del cocodrilo.
Mientras come barritas de cereales.
Me gusta picar entre horas.
Grutas de reloj y almohada.
Para saber que un poema,
es un tipo de arribista
con un tatuaje en el maletero
y ovejas sin pastor.
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