Ironía a raudales

Esta noche, la temática del poema
trata de los amores antiguos,
antidisturbios de la memoria.

Que igual que una mancha de nacimiento.
No desaparecen ni con aguas calientes.
Ni lima ni lija, ni nada.
Se pasan el día dando golpes al muro
de su espejo. Porque aunque nombres
a siete hortalizas.
Piensan que en vez de berenjena
quisimos decir ven ajena, o ajeno mío.
Al corazón de este extraviado mero,
memo o merma.
Qué si alguien quiere estar con alguien
lo está realmente.
Lo otro, sucedáneos.
Trufas a destiempo.
Luto, morado berenjena.
Patetismo cansino
de que las canciones nos unen...,
de que si un verso de Neruda me mata.

En ego satélite dando comba.
Gravilla golpeando a los cristales
de una casa que te dejó a las afueras.

Creatininas.
Proteinarices
Y carbonos o cara bobas.
Que se consuelan en el estribillo
de verbena de Molinos
de agua pasada que no bebe nadie.

Ya se sabe: en el taller del herrero
los fantasmas y los clavos.
Y mientras haya quién viva de los sueños,

Quijote y Dulcinea no dejarán jamás de existir.

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