Carta desde el faro de Villaexcusas.
No le amo, nunca le he amado,
dificultosa tarea para la hipermetropía.
Acabo de resbalar de carcajada
en un síntoma inequívoco de san Juan Bautista Grenouille
de mártir inconfeso,
salvador de ruedas de coche,
inventor de parásitos
y otras liendres usadas como en los primates
como regocijo de tardes donde la hazaña
de mayor envergadura fue hecerse el muerto.
Qué malo es haber traído el geranio,
la alegría, la gota de golondrina, un poco de sal a tanta soez
existencial de Horacio.
¿Amistad entre trozos de carne?
Supongo que no interesa,
cuando hay lindos tiburones
rondando su ego de astronauta.
Y en mi cohete volador entra y sale
quien lleva el heraldo del respeto, no es necesario un carné del partido comunista
cuando en el menester del rondeo
siempre usa el mismo diálogo.
Que ganas de perder la fuerza
hablando de que no había futuro,
se lo dije el primer día
de la emboscada, somos hermanos Nietzsche
nuestro yacer incestuoso
nos va a traer problemas.
Y vamos si que los trajo
sobre todo a mi indefensa persona que hiciste
de ella el relicario de la comida a domicilio, camino de cuatros años inventados por mi psique,
limpia chimeneas de cucarachas
y quita males de espalda.
Pies para que os quiero
si tengo alas, Frida sentenció,
para definir que para abrir puertas no es necesario
los miembros.
Deje de plañir
que le he perdonado esa campaña presindencial,
digna de Trump, de desprestigio,
que sé lo que soy
que sé lo que he sentido
y que de mi vida
hago lo que yo deseo
no lo que usted diga.
Y si muerde la mano que ofrece la amistad,
de aquella mujer que usó de fast-food,
lo que no tenía porvenir durando más
que un dolor de estómago.
No importa...
Puedo vivir sin usted, todo señor mago
no ha sido más que un juego
consentido por ambas partes,
no soy un cable mal pelado
ni un rebuzno que quería cantar.
Deje de autoconvencerse. Y bueno...
ni monja, ni amante, ni novia.
Se lo dije, somos hermanos
de sangre poética y ésto no es factible.
Ante los maleducados mejor hacer sangría.
dificultosa tarea para la hipermetropía.
Acabo de resbalar de carcajada
en un síntoma inequívoco de san Juan Bautista Grenouille
de mártir inconfeso,
salvador de ruedas de coche,
inventor de parásitos
y otras liendres usadas como en los primates
como regocijo de tardes donde la hazaña
de mayor envergadura fue hecerse el muerto.
Qué malo es haber traído el geranio,
la alegría, la gota de golondrina, un poco de sal a tanta soez
existencial de Horacio.
¿Amistad entre trozos de carne?
Supongo que no interesa,
cuando hay lindos tiburones
rondando su ego de astronauta.
Y en mi cohete volador entra y sale
quien lleva el heraldo del respeto, no es necesario un carné del partido comunista
cuando en el menester del rondeo
siempre usa el mismo diálogo.
Que ganas de perder la fuerza
hablando de que no había futuro,
se lo dije el primer día
de la emboscada, somos hermanos Nietzsche
nuestro yacer incestuoso
nos va a traer problemas.
Y vamos si que los trajo
sobre todo a mi indefensa persona que hiciste
de ella el relicario de la comida a domicilio, camino de cuatros años inventados por mi psique,
limpia chimeneas de cucarachas
y quita males de espalda.
Pies para que os quiero
si tengo alas, Frida sentenció,
para definir que para abrir puertas no es necesario
los miembros.
Deje de plañir
que le he perdonado esa campaña presindencial,
digna de Trump, de desprestigio,
que sé lo que soy
que sé lo que he sentido
y que de mi vida
hago lo que yo deseo
no lo que usted diga.
Y si muerde la mano que ofrece la amistad,
de aquella mujer que usó de fast-food,
lo que no tenía porvenir durando más
que un dolor de estómago.
No importa...
Puedo vivir sin usted, todo señor mago
no ha sido más que un juego
consentido por ambas partes,
no soy un cable mal pelado
ni un rebuzno que quería cantar.
Deje de autoconvencerse. Y bueno...
ni monja, ni amante, ni novia.
Se lo dije, somos hermanos
de sangre poética y ésto no es factible.
Ante los maleducados mejor hacer sangría.
Buen poema, me alegra que sigas escribiendo tan bien. Se nota que practicas.
ResponderEliminarGracias Anónimo, por tus palabras.
ResponderEliminar