Mascarada valentona.
Dices que miento,
miento tanto como hablo,
por eso, la confianza se trocó
en un embudo sin agua.
Mentirosa, decías mientras
ordenabas cómo siempre
útiles de cocina
para levitar mi rostro.
En cada poema en trance
no cavilo en ti,
no pienso en tus manos,
la corvina, la añoranza que
escabullendo por el lavabo
olvida
con las ganas mordidas en surimi.
Qué te quedes en el exilio.
Qué no regreses.
Qué te odio
Qué no tiemblo
al pensar que no me quieres.
Qué reniego.
Qué no te nombro.
Qué no te espío
Qué no peino
la nada peinando tu crin plateado.
Que todo ha sido una sesión económica
de francesa aburguesada.
Tienes razón.
Soy una mentirosa.
No te amo.
Creo que verdaderamente mientes...en tus palabras hay mucho amor, sólo hay que saber leer con el corazón.
ResponderEliminarPrecioso, me encantó.
Un abrazo
Eres muy amable José Manuel de verdad
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