Primer día de colegio.
Te amo.
No avergüenza exclamar:
!Te amo¡
Subir al pico más afilado de la azotea,
con la sombra de las gaviotas.
Playa, redoblar maquinaria y eco:
¡Te amo!
Lo suficiente.
Lo suficiente.
Lo suficiente notable,
para viajar a la cordillera de tu espalda
y hacer nidos con cordón de zapatos.
Lo suficiente para que sobre ave,
sople aire y no seas mío.
La intangibilidad de que te vayas lejos
con un banco de peces, peces,
pez burbuja de oxígeno
que en la captura
de a-mar sin exigencias,
de poseer dos billetes a cima de agua
y siempre en la encrucijada el amor gane.
Por eso, en mi insuficiencia
cardíaca,
respiratoria
y renal
sorba la sangre:
Te amo.
Y por eso, quiero, que te vayas con el banco de peces
al coral que bien te ampara.
Porque si alguna vez,
en el pasado de espadas de emperadores
y púas metáforas de erizo,
entre la anémonas con crías sin madre,
dudaste, ahora.
Qué mejor manera
abriendo las manos.
Te amo.
No avergüenza exclamar:
!Te amo¡
Subir al pico más afilado de la azotea,
con la sombra de las gaviotas.
Playa, redoblar maquinaria y eco:
¡Te amo!
Lo suficiente.
Lo suficiente.
Lo suficiente notable,
para viajar a la cordillera de tu espalda
y hacer nidos con cordón de zapatos.
Lo suficiente para que sobre ave,
sople aire y no seas mío.
La intangibilidad de que te vayas lejos
con un banco de peces, peces,
pez burbuja de oxígeno
que en la captura
de a-mar sin exigencias,
de poseer dos billetes a cima de agua
y siempre en la encrucijada el amor gane.
Por eso, en mi insuficiencia
cardíaca,
respiratoria
y renal
sorba la sangre:
Te amo.
Y por eso, quiero, que te vayas con el banco de peces
al coral que bien te ampara.
Porque si alguna vez,
en el pasado de espadas de emperadores
y púas metáforas de erizo,
entre la anémonas con crías sin madre,
dudaste, ahora.
Qué mejor manera
abriendo las manos.
Te amo.
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