Sobras y restos.

Nadie
tiene la obligación
de asumir mis errores.

Nadie
para barrer
las migas
de un sustento,
amasado y roto con las manos

y corrompido
por el aire.

Nadie.

Los gorriones
se las comen
y una recuerda
la nadie.

Con sus rarezas.

Lluïsa Lladó.

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