EGO MATER.
Nos enseñaron amar a nuestras madres
a honrar al padre
delante de la lápida.
A recoger las migas
en señal de duelo
cada vez
que una rebanada
era devorada
por la pala
y una lengua-escoba.
A comer todo el pollo
y sorber
la sopa en silencio.
Y como no me gustaban las alitas
nunca aprendí
a volar.
Nos enseñaron
a sostener en dos tacones el cansancio
y la espalda recta
a la rotonda del olvido.
Pero a querer
en forma de abrazo-lluvia.
A besar la frente
circunferencia
con dos brazos.
Nunca.
Por eso dejo el plato inmaculado.
La carne trinchada
y no hablo
con la boca llena.
Pero a querer
enferma de mimos-ausentes
una más que vivir
muere.
Te olvidaste Señora
en la escuela de tu cartilla
el corazón en la mesa.
Demasíadas armas
y muy pocos besos.
a honrar al padre
delante de la lápida.
A recoger las migas
en señal de duelo
cada vez
que una rebanada
era devorada
por la pala
y una lengua-escoba.
A comer todo el pollo
y sorber
la sopa en silencio.
Y como no me gustaban las alitas
nunca aprendí
a volar.
Nos enseñaron
a sostener en dos tacones el cansancio
y la espalda recta
a la rotonda del olvido.
Pero a querer
en forma de abrazo-lluvia.
A besar la frente
circunferencia
con dos brazos.
Nunca.
Por eso dejo el plato inmaculado.
La carne trinchada
y no hablo
con la boca llena.
Pero a querer
enferma de mimos-ausentes
una más que vivir
muere.
Te olvidaste Señora
en la escuela de tu cartilla
el corazón en la mesa.
Demasíadas armas
y muy pocos besos.
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