VIENTO TERRIBLE Y SOL DE COSTIPADOS.
De madrugada
de vigilia mi cerebro
y lanzas un cóctel molotov.
Sin importar
los daños colaterales
la sábana
quedó salpicada
de masa cefálica,
fragmentos de mi sueño
en esquirlas
punzantes.
Debo partir
rumbo a casa
y dejar la concha
que
ha sido
mi morada.
Los cangrejos
amanecemos
en la playa
con nuestras tenazas
sumergidas
en agua
y arena.
Ermitaña
sin vocación monjil
que acabará en el cenicero,
seca
de un souvenir de Benidorm
o en un crema
deshidratada.
Va y lanza el dardo
a deshoras
perforando el estómago cerebral
en yagas.
A las dos de la mañana
te citas y debo ser la primera
en saberlo
comiendo mis tripas.
Una hoja
caduca no siente nada
cuando es arrancada.
Eso eres tú:
Otoño.
Por eso llora salvia
mi tallo desgranado
pues tengo vida,
soy verde.
Y no inmune...
Primavera.
No me lleves al jarrón
que aunque rota
hasta en la tierra
en el rocío,
la hiedra
florece
en raíz.
Molusco.
Nácar.
Resurrección.
Metamorfosis.
Cambio de planes.
Araliaceae.
Necora.
de vigilia mi cerebro
y lanzas un cóctel molotov.
Sin importar
los daños colaterales
la sábana
quedó salpicada
de masa cefálica,
fragmentos de mi sueño
en esquirlas
punzantes.
Debo partir
rumbo a casa
y dejar la concha
que
ha sido
mi morada.
Los cangrejos
amanecemos
en la playa
con nuestras tenazas
sumergidas
en agua
y arena.
Ermitaña
sin vocación monjil
que acabará en el cenicero,
seca
de un souvenir de Benidorm
o en un crema
deshidratada.
Va y lanza el dardo
a deshoras
perforando el estómago cerebral
en yagas.
A las dos de la mañana
te citas y debo ser la primera
en saberlo
comiendo mis tripas.
Una hoja
caduca no siente nada
cuando es arrancada.
Eso eres tú:
Otoño.
Por eso llora salvia
mi tallo desgranado
pues tengo vida,
soy verde.
Y no inmune...
Primavera.
No me lleves al jarrón
que aunque rota
hasta en la tierra
en el rocío,
la hiedra
florece
en raíz.
Molusco.
Nácar.
Resurrección.
Metamorfosis.
Cambio de planes.
Araliaceae.
Necora.
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