Penitencia
Esta pena otoñal me circunda
con el vuelo de un buitre,
con las lágrimas, sin ruido,
en los ojos sierpes.
Reptan líquidas
por mi cara y esquivan las arrugas
en una atracción de feria.
Noto el peso en los tobillos
como las herramientas
de un entrenamiento de halterofilia.
La mordedura de una alimaña invisible
que me invita a un camino
donde no se padece,
cuando tú eres el eco
de unas sombras chinescas
abocadas a un muro de carbón.
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