Día Internacional de la Mujer- 8 de marzo- Centro Cultural Hospital de Santiago (Úbeda)
Desde la creatividad y la poesía, el feminismo se convierte en un acto de resistencia y de construcción. La palabra nos permite nombrar lo que ha sido silenciado, significar lo que nos ha oprimido y abrir espacios donde la igualdad no sea una utopía, sino una realidad tangible. Cada verso es un testimonio, un grito y una invitación al cambio.
2. La visión del mundo y la palabra como puente de igualdad
La poesía nos permite observar otras culturas con empatía y sin juicios, tejiendo diálogos que desafían fronteras y estructuras de poder. La palabra, lejos de ser solo un reflejo, es una herramienta de transformación: nos ayuda a cuestionar, a aprender ya construir puentes hacia un mundo más justo, donde las diferencias no sean motivo de exclusión sino de enriquecimiento.
3. La poesía como revolución social y cultural
La poesía no solo denuncia, también despierta. Se convierte en un arma pacífica pero poderosa, que sacude conciencias y preguntas de siembra. Es un acto de resistencia que desafía las normas impuestas y visibiliza realidades ignoradas. En cada poema que desafía el orden establecido, la poesía sigue siendo una revolución en marcha.
4. Salud mental, prejuicios y estigmas en la poesía de las mujeres
La poesía es un refugio y una trinchera. Desde ella podemos hablar del dolor sin ser censuradas, cuestionar los mandatos que nos enferman y romper con los estigmas que nos reducen. Escribir sobre la salud mental desde nuestra experiencia como mujeres es un acto de valentía, porque pone en palabras lo que muchos callan y transforma la vulnerabilidad en fortaleza compartida.
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