Airun
Parece que el día se ha puesto cuervo,
con una luz carbón
que tizna de pena mi sotana de mujer.
El amianto que recubre el réquiem
de un aguacero que enseña su nube
pero no cuaja en esta orbe de pérdidas.
La plegaria del que escucha el corazón,
trinche de desperdicios,
de tuétanos sedimentos.
La verdad de los que luchan
contra la metástasis de la virulencia
en vidas humanas
con trajes vaporizados de éter.
Yo quisiera no ver morir a la gerbera coral.
Gente joven con hijos
por las extrañas mutaciones en su verbo;
que la ciencia próspera encontrara el hallazgo
dentro de una mina portuaria
y remplazara el carcinoma por la hierbabuena.
Esta tarde de abanicos rotos,
de espuelas engarzadas a los vientres,
de luto mudo raído de alambre.
Yo quisiera que la sentencia
no doliera y los gusanos de seda
fabricaran un tul de morfina.
Gente joven con familia
y geranios negros en la acequia.
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