Reseña literaria: "La asfixia de las flores" de la poeta Ana Pascual Zurriaga
En su segunda publicación, Ana Pascual Zurriaga nos presenta un exquisito poemario titulado "La asfixia de las flores" (Aliar Ediciones), inspirado en el mundo vegetal. A través de poemas concisos, la autora construye un vergel de sentimientos que se expresa mediante semblanzas orgánicas florales y mediterráneas como la amapola, el crisantemo, la lavanda, la rosa, el azahar, la margarita o la buganvilla.
Imagen del poemario junto a obra de la autora |
Este conjunto no es solo una secuencia de jardines independientes; juntos conforman un compacto edén de vivencias. Los poemas abarcan desde lo humano, enfocado en la sensualidad y las pasiones desbordantes con un erotismo delicado, hasta lo reflexivo, donde los recuerdos florecen en la magnificencia de la evocación de lo marchito, lo carnal y la temporalidad.
Los textos se presentan en mayúsculas, con títulos que se engarzan al verso. Algunos de ellos adoptan la forma de haikus, la métrica japonesa que encuentra en la natura su núcleo inspirador. Al igual que otros poetas que han explorado este formato, Pascual Zurriaga utiliza el entorno natural como un marco para las experiencias individuales: la ausencia del ser amado, los arrebatos, las consecuencias de un encuentro, la añoranza, el desprendimiento de la niñez, las emociones contenidas. Las estaciones del año con sus mudas y las descripciones campestres se convierten en versos matéricos, llenos de imágenes que exaltan la fragilidad.
En este libro, Ana parece crear un canto poético en secuencias que representan los vaivenes ante las diferentes situaciones que definen la existencia de un ser que asume decisiones. Como en una asfixia, la flor se percibe como la antesala de un fruto, pero aquí se queda en un estado intermedio, en un momento de transición o sacrificio. La tierra simboliza seguridad, aunque no se omite su volatilidad ante la fuerza del viento. Mientras tanto, el pétalo, la hoja y el tallo se erigen como jerarquías absolutas en este universo poético descrito con riqueza de aromas y tonalidades.
Los poemas conviven con una estética concentrada que encierra una psicología sanadora y testimonial. A pie de página, además, la autora incluye un reguero de citas breves, casi como moralejas, que invitan a la reflexión con su escueta profundidad.
La flor ha sido un núcleo simbólico recurrente en la literatura. Desde las flores de Baudelaire hasta la inocencia que simbolizan en Shakespeare, o la bella ambigüedad en "Orlando" de Virginia Woolf, las flores representan deseos perennes de los escritores: anhelo, frustración, fracaso, culminación. Su fugacidad ha orbitado siempre en torno a la poesía y a la literatura en general. En el ámbito hispánico, autores como Olvido García Valdés, Juan Ramón Jiménez o Federico García Lorca también han extraído iluminación de este elemento natural.
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