Empieza la Navidad
Michael, transformador
en una nube blanca
del tono de los aseos del metro.
Un ángel mito, alguacil de años de instituto
con imágenes de kiosko del dúo Wham
en nuestras carpetas forradas
y las sonatas ululantes
de los cassettes traslúcidos en el walkman
Ángel Michael de flequillo con ondas
y mechas rubias
que cada Navidad regresas
entre la nieve de las cumbres
cruzando peñascos y clubs de alterne
para traer el mensaje de paz:
Vive rápido antes de que el estrago
colme de quietud la sombra que te protege.
Ama veloz como la pólvora
del trueque de un estruendo de latido.
Perdona, siempre, aunque en tus ojos
el cianuro resplandeciente de tu retina
sea un sapo, sin culebra ni príncipe.
Abraza,
lee
y dona.
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