Y se nos fue Auster
Se nos mueren los mitos,
igual que la honestidad en la rama.
Hoja cortante, mecedora de la tos,.
que en su unión metafísica
alberga en el amparo de su tallo a la madera.
La orquesta sin batuta
de este cuerpo
que hilvana la podredumbre,
que siente alimaña como un compás
con piruetas sobre la página.
Créeme que, a pesar de la cordura
de esta ciudad que muere
en una peste de fuerzas móviles.
¿Cómo hacer círculos?,
y que en su encierro
no exista una bestia en su corral
que en su celeridad grite
la ausencia de la flor,
el descaro del hombre elefante,
la pregunta impertinente,
la ponzoña que supura níquel
en las guerras, pequeñas y grandes,
del bipartidismo, de orgías "abecedarias"
de escopetas con la mirada
hasta el tuétano de falsedad
y una circunferencia.
Ll.Ll.
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