Un puñado de arena y frío
A veces existen personas que nos cambian por objetos,
somos canjes de una moneda por otra,
que piensan que el amor vale su peso en ogro
y que obsequiar con aquello que provoca una tormenta de arena
no tiene ninguna tasación.
Soy capaz de levantar imperios y construir los más flamantes ríos,
cerrar los ojos y musitar
palabras de mazapán y confitura,
abrazar con la embestida de los troncos que se despeñan
por las cataratas
y escribir poemas ligeros
que con el simple suspiro del reproche planean pétalos.
No tengo pez que pueda arrendarse
ni empapelar con un bonito aderezo de charol.
Ni siquiera un trozo de tierra donde enterrarme.
Pero, te prometo que en coraje
no existe sucursal ni casa de empeños,
ni bolsa de Wall Street, ni subasta,
ni tecnología
que supere
a la franqueza de unos
ojos
en la niebla.
Muy bien, valiente. Mucho ánimo.
ResponderEliminarMuchas gracias Julio, eres una bendición.
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