Green monkeys

Este trámite de canjes, de acciones

en bolsas

con dispensadores bíblicos

que nos purgan las manos.

Ningún oficio está exento,

todos pertenecemos a la horda

de limpiar la conciencia,

de eximirla de remordimientos.

Me quedo un rato observando

y no existe mostrador

que no luzca su bote de fisonomía par,

con el líquido que esteriliza los pecados.

Fricción constante de gel,

olor plural de desinfectante,

hijos de nombres distintos.

Las manos de escamas

y tú con la seguridad que has olvidado

lo último que has hecho, el pastel que has comido,

la fuerza de la abertura de un portal,

La pulverización cutánea

como Pilatos que frota los recuerdos

en un exterminio de la vida

y te acurrucas en el sofá

pensando que somos monos que duermen en camas,

monos que sueñan

con la selva madre que nos echó a la mugre.

Y lloran verdes.


 

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