Flores de Cigarra
Estos días bisiestos de tristeza,
de arrojar el ancla sobre el oleaje.
El sombrero barca
de la distancia, de las perchas con los abrigos,
de la familia con el apego famélico
de abrazaderas en el corazón.
Estas jornadas donde la apuesta se trunca
y el regreso topa con el atasco metal,
con gente que nunca conoció
la bahía de las pérdidas.
De un malestar incorrecto,
el arrojo hacia el arrecife
mientras vomitas las imágenes
en que nunca sonríes
porque la mueca no puede esconder
el sortilegio de lo imposible.
Morir se parece a este desahucio.
A la yema fósil
que adorna el cielo de la mañana.
De no poder gritar un viento
lo suficientemente titán
para que nadie de los que amo
sufra la impunidad del maremoto.
Flores cigarras
que huyen vocales
del incendio. Amor de madre
y un viejo billete de ida.
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