Caravanas
Cruzo con un tiralíneas
las arandelas que forman tu esófago.
Un túnel de pensamientos
abocados y un poco
de aquellos que no se pueden hacer en este.
Ya se sabe que las pendientes son los copos que se
precipitan.
Y los cerros curvan estadísticas
de montañas que caben en un puño.
Tal vez si los abetos se libran
de una decoración de pájaros
y nos acercamos más
a la hoguera que el tragaluz
nos ofrece. Puede que en esta noche
una estrella se haya quedado
en vías de acceso.
Para iluminar la ceguera.
De los que no ceden al chantaje.
De las vendedoras de humo
qué sanan, según ellas, la espina de la chumbera
y no son más que parásitos de recuerdos.
Me quedo con la gente de verdad.
El vino a medias.
La ternura cocinada.
Inevitablemente.
Con Lorca en el pelo brillo de la matriarca
en lunas.
En la vida afín buscando su delfinario.
En el árbol.
Mi raíz arrancada.
El ahora con su propio amanecer.
Y la verdad.
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