Paul y Liz

Este instante no es una película

ni representas el actor de mechas californianas

ni soy yo, la partenaire que esconde la tripa

cada vez que sonríe.

Vivimos una realidad acérrima

con colisiones sin extras.

El cuerpo entre los hierros de ese coche 

no es un maniquí coreano,

es un corazón con cabeza y piernas

que llora rojo el último informe de la deflagración

En el curso de la vida

(por lo del río al mar)

donde cada recuerdo

se asemeja a una rebanada de pan Bimbo,

caduco del desvanecimiento

del abrazo 

que creí real y que ya no existe.

Patas de gallo decorando la decepción visual

de un mundo que no forma parte de tu mundo.

Estamos en episodios distintos.

Con extras que golpean

para lograr el primer puesto.

Ojalá pudiera interpretar 

la herida. Pero lloro poemas

como una máquina tragaperras

que exige un céntimo.

Fui auténtica en cada desempeño.

El lirio enfrascado.

Ese pez que agoniza en el parador

no es truco, es mi voz.

Comentarios

Entradas populares