Fausto contraataca.

El silencio
igual que un corcho
es imposible de ocultar.
Nos habla en remojo
y nos relata historias
que sólo pueden ser oídas
con el runrún del agua.

Si me dieran a elegir.
Y de ti para ambos.
Fuese el trabajo o la salud.
Creo que honestamente
preferiría el stop a una zanja insalvable.

Viviríamos bajo un puente
con nidos de ratas
y yo te guiaría con los mendigos
al portal de los techos.

Y si el dinero, para el caso lo mismo...
Sabes que tendría
la paciencia naranja
y con poco saldríamos adelante.
Un euro con la enfermedad.
No me compra la sonrisa.

Tal vez en el canje del karma.
Me pedirían la salud o el amor.
Y yo te prometo
que te quiero tanto
que mi alma en subasta,
exposición de tendederos.

Y en un coche te vería con otra
con los cristales empapados de lluvia.

Mientras camino con el chorro
de la distancia.
Y triste no tendría el recuerdo.
Qué en preferencia.
Prefiero perderte
que te ocurra algo malo.

Lleno de salud en un coche bajo la tormenta.

Ese es mi precio.

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