La vieja fotografía
Hoy encontré una vieja fotografía.
Era tu graduación: la que
para la vida no te prepara.
En la que yo aún creía en la melena larga
igual que una Sirenita de extrarradio
que ponía colchonetas invisibles
bajo tus zapatos a juego con el color
del arco iris.
Yo quisiera que la pena de este mundo
no conocieras. Sabiendo que ser la
primogénita no ha sido el mejor papel
de las estaciones. Te graduabas
y ya me sacas dos cabezas.
Y me puse ñoña
y recordé tu nacimiento.
Para dar la holgura que nunca tuve
en la educación de la vieja escuela.
No sé si pequé Pequeña.
Pero os transmití el valor
del poema.
Una gota de sangre.
Qué era mi mejor legado.
Y graduadas como gafas de los recuerdos
de fin de curso.
María, ahora te abrazo.
Y eres la conífera.
Que da sombra a mamá.
Era tu graduación: la que
para la vida no te prepara.
En la que yo aún creía en la melena larga
igual que una Sirenita de extrarradio
que ponía colchonetas invisibles
bajo tus zapatos a juego con el color
del arco iris.
Yo quisiera que la pena de este mundo
no conocieras. Sabiendo que ser la
primogénita no ha sido el mejor papel
de las estaciones. Te graduabas
y ya me sacas dos cabezas.
Y me puse ñoña
y recordé tu nacimiento.
Para dar la holgura que nunca tuve
en la educación de la vieja escuela.
No sé si pequé Pequeña.
Pero os transmití el valor
del poema.
Una gota de sangre.
Qué era mi mejor legado.
Y graduadas como gafas de los recuerdos
de fin de curso.
María, ahora te abrazo.
Y eres la conífera.
Que da sombra a mamá.
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