Malta sociedad.

Y ahora qué?

Alcohol
para desinfectar la herida,
tirar por la borda dos años de terapia,
contonear entre efebos veinteañeros
con camisas de leñador y
barbas que ocultan
aún la pubertad.

Vuelta de los tacones
y dormir en hora despierta.

Manos que abrazan caderas
y un extraño canto
de estornino,
un palomo
y por último los grillos.

Extrañas melodías
de réquiem.





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