Falso amor
Este amor que te profeso
es archiconocido
lo llevo tatuado en toda mi piel
como un garabato
que me distingue entre la muchedumbre.
Tú agrio bebes del néctar
que emana de mi fuente
para convertir el famélico
que ladra en tu portal
en un león de frondoso bosque.
Te regocijas con la pleitesía
de tu taller, y alargas tu brazo enredadera
hacía la minúscula gota de agua
que supura mi poro.
Cuándo morirá esta sumisión
de coleccionista,
barbilla azul de ecosistemas
la que alimenta con su rayo
a la madreselva de tu apariencia.
Días y noches he estado encerrada,
cosiendo cada miembro de tu cuerpo
para la caza de las imágenes difusas
de tu personalidad.
Tú no tienes amor.
Estás seco embalse.
Y tu espina es un hilo de tapete.
He sentido una liberación de crisálida
al cruzar el umbral
del que te utiliza y te paga con economatos.
No sé si este amor un jueves morirá.
Yo suplico a la soledad,
para que así sea...
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