Debo escribir más poemas de amor, sacar hoja de la palabra, raíz, florecimiento. Y dejar que su fruta se convierta en desayuno. Escribir más poemas del beso y de la confabulación de la hormona. De la oreja pegada al piso de tu tórax. De tu olor a hierba de campo. Un poema de amor, al mar, a la carne unida por el apellido. De la gente que trabaja y acoge al rebaño con la actualización de su libreta. Un verso, pequeño y valeroso, de la caída de mi fortaleza... y lloro con vistas al váter y oigo el paso calibre de tu sombra. La sombra que abraza y ama, y da cobijo. Un guisante en la vaina. Una monda sobre la pulpa. Un hombre y una mujer O qué más da su litografía. Tú, sosteniendo la pared para que no me derrumbe. Y susurrar "Tengo miedo" y dejar la noche con su tintura. Y pensar que desde este colchón balsa, mañana divisaremos tierra.