La incontinencia
El carro rojo que lleva el diablo entiende tanto de visual que las ruedas viran sobre los unicornios, con la conducción de reglas que moldean senos, cosenos y otros enseres del álgebra. Hoy, escuché que una persona sin sueños, se rinde. Qué las fábricas sin clientes son un burdel que huele a mosca. Tal vez entienda que la única vía de auxilio sea la globalización, del ser humano, con sus ratas, con sus líneas de expresión y llantas aleatorias. La globalización, el enterrar las ramas para que crezca el junco en las aguas, en el interior estomacal y otros procesos virales. Cruzar el semáforo en rojo garantiza un golpe inminente. Terremoto que nos conversa del poema de sus adeptos. Pido paz por Amazon, a ver si la venden por lotes y para todos.