GORRIÓN.
Cada mañana
después de viento
y tormentas
camino del trabajo
en los contenedores
yacen polluelos
dormidos
de muerte
vestida de plumas
Como los niños de la guerra.
Como los niños de la guerra.
Cómo los niños de la guerra.
Ll.Ll.
¡¡Hermosa poesía!!
ResponderEliminarAbrazos
Ese final es como un martillo que golpea fuerte, como golpean las imágenes de esos niños de la guerra.
ResponderEliminarGrito necesario.
Un abrazo.
Leonel Licea y Higorca Gómez es un honor vuestra visita a mi humilde blog.Gracias por los comentarios.
ResponderEliminar