Revival
Quién no tuvo de pequeño un pijama rojo con ribete azul, que llevaba un carácter bordado.
Y era un kimono de poliéster, para el sueño.
Quién no se detenía veinte segundos,
veinte parpadeos, veinte suspiros,
a mirar la manilla de la puerta
que parecía que se abría a todos los espíritus.
La primera hamburguesa procesada.
Y las pupas con mercromina.
Y el cassette de los Hombres G con su jersey
amarillo y un Ford Fiesta.
De colores conformamos los recuerdos.
Hacemos punto de su estrategia.
Y nos hace sentir que el otoño teje
con madeja de envoltorio de Bimbo.
Me acordé de sus nudos en la hebra.
Y me hizo gracia que ese pijama
pasó a la historia de los que luchamos
siempre desde la inocencia
de la capacidad,
de la empatía,
de la loción antipiojos y el olor a Nenuco
con veinte años, veinte suspiros,
veinte parpadeos, veinte y no más.
Y el miedo en el pasillo
y que siga lloviendo sin nosotros.
Y era un kimono de poliéster, para el sueño.
Quién no se detenía veinte segundos,
veinte parpadeos, veinte suspiros,
a mirar la manilla de la puerta
que parecía que se abría a todos los espíritus.
La primera hamburguesa procesada.
Y las pupas con mercromina.
Y el cassette de los Hombres G con su jersey
amarillo y un Ford Fiesta.
De colores conformamos los recuerdos.
Hacemos punto de su estrategia.
Y nos hace sentir que el otoño teje
con madeja de envoltorio de Bimbo.
Me acordé de sus nudos en la hebra.
Y me hizo gracia que ese pijama
pasó a la historia de los que luchamos
siempre desde la inocencia
de la capacidad,
de la empatía,
de la loción antipiojos y el olor a Nenuco
con veinte años, veinte suspiros,
veinte parpadeos, veinte y no más.
Y el miedo en el pasillo
y que siga lloviendo sin nosotros.
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