CHOCOLATE
Adicción vainilla.
Su fruto es feo,
tosco
pero al paladar,
placer supremo.
Colgado del árbol
nació indio
muere europeo.
Envuelto en alpaca,
la carta nogal
que lee mi lengua,
se funde
se espesa
con el fuego
con la pala de madera.
Cacao
en pastilla
en tu miembro erecto.
Derretido para el postre
de nuestra vigilia
en virutas
para colmar las ganas
de tenerte
dentro.
Dicen que eres sustituto
del sexo,
yo te proclamo
seductor
nato.
Conquistas países,
helados baños
que cubren
las dunas
de nuestras sombras
chinescas
en la pared
de un foco de Ikea.
Mi espera afrodisiaca
como el turrón
entre las voces
y el silencio.
Avellanas son tus pezones,
blanco bombón almendrado,
tu labio entreabierto.
Miro el reloj
al saber que pronto trepará
tu ser pastel,
las dos onzas de chocolate
que iluminan
el pico de mis senos.
La bebida de los dioses
pronto llega
a mi valle
en forma de lluvia.
Colina mojada azteca.
Praliné.
Su fruto es feo,
tosco
pero al paladar,
placer supremo.
Colgado del árbol
nació indio
muere europeo.
Envuelto en alpaca,
la carta nogal
que lee mi lengua,
se funde
se espesa
con el fuego
con la pala de madera.
Cacao
en pastilla
en tu miembro erecto.
Derretido para el postre
de nuestra vigilia
en virutas
para colmar las ganas
de tenerte
dentro.
Dicen que eres sustituto
del sexo,
yo te proclamo
seductor
nato.
Conquistas países,
helados baños
que cubren
las dunas
de nuestras sombras
chinescas
en la pared
de un foco de Ikea.
Mi espera afrodisiaca
como el turrón
entre las voces
y el silencio.
Avellanas son tus pezones,
blanco bombón almendrado,
tu labio entreabierto.
Miro el reloj
al saber que pronto trepará
tu ser pastel,
las dos onzas de chocolate
que iluminan
el pico de mis senos.
La bebida de los dioses
pronto llega
a mi valle
en forma de lluvia.
Colina mojada azteca.
Praliné.
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