EL HOMBRE DE LA BOINA VERDE


Últimamente viajo mucho de noche
me convierto en una luz de neón centellando
que trasnocha y acaba descompuesta en el cajón de las medias.

   Visito el espejo de los lavabos
  de porcelana blanca
  y no me recuerdo.

  Hoy me he sentado en el balcón,
  no  importa el óxido de sus barrotes
  y que las vivencias sean transeúntes de diferentes colores.

  Calígula,y un billete de autobús dormido.

  De repente apareces...
  o simplemente nunca te fuiste...

  El hombre de la boina verde
  que como una linterna  da señales desde el monte
  y aparece detrás de esa ventana-cebra.

  Altivo y bajo su sombrilla
  repetía en aquel vergel de Poetas
  bien regado
  

 -De Mallorca,¿Eres de Mallorca?

  Curiosa como antaño
  como la niña que abría las puertas al campo
  y metía los dedos en los enchufes.
 
  Anhelo leerte
  abrir las páginas de tu poemario
  y hacerme un collar de las letras de tu alfabeto
  con pendiente de interrogación.

  El hombre de la boina verde
  intriga,
  habla desde la distancia
  y redes que  son las mallas sociales
  de escribir antes de respirar.

  No tengas miedo

   el cerrojo

  está despasado.

 

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