23 de Noviembre 1985.
La habitación en penumbra y Litlle Loise Line deliraba
en un idioma perteneciente a otro planeta.
La fiebre subía por momentos
y la tía Moni Carson cambiaba los paños
que helados acababan morados de la calentura.
Pobre...Litlle Loise Line,
el sarampión hacía estragos
en su menudo y delicado cuerpo.
Las pústulas se adherían a las sábanas
y el nombre de Jerry Ton Ton asomaba por las costuras.
Ella quería que viniera a visitarle.
Pero tía Moni Carson ya le había mandado
varios mensajes inútiles,
él prefería jugar a canicas
y amaestrar a sus roedores,
los cuales,no alimentaba
hasta que se hicieran pasar por muertos.
De repente, cambió una bombilla
la amable mujer y todo se iluminó de rojo,
Loise que veía danzar pulpos de colores a su alrededor
retrocedió su mente un mes en el tiempo.
23 de Octubre 1985.
Jerry Ton Ton extenuado hasta la saciedad
rompía todo los juguetes a su paso,
su cuerpo lleno de ronchas
y el picor le hacía, un ser insoportable.
Pero Loisi estaba allí recogiendo
todos los fragmentos destructivos de su enfermedad, sin importarle,
que ella acabaría contagiada de ese virus maligno.
Jerry Ton Ton a pesar de su convalecencia
no cedía su mando y acaparaba a la niña:
-Ummmm Litlle Loise Line...
Baja la persiana, sopla mis heridas, limpia las migas,
trae agua, canta y baila, me aburro...,
trae mis cromos de coches, etc , etc.
Cuando el ego de Jerry Ton Ton se adormecía
por la febrícula y los medicamentos, él, semejante
a una pizza pepperoni, le decía:
-Vete.
24 noviembre de 1985.
Loise está triste.
Pasa un minuto de las doce.
De su niña ha nacido una lágrima con forma de estrella,
su piel moteada ya no tiene heridas,
y se ha convertido en un cuerpo de firmamento.
Al otro lado de la ciudad, Jerry Ton Ton acaba de vomitar su cena,
y piensa que quizás ella note su ausencia.
Lleno de comida salivada y pestilente,
mira a la luna y cobarde
solo sabe decir:
-Lo siento Litlle Loise Line.
Lo siento.
La infancia bélica
bélica la infancia
odiamos la Navidad
el útero verde
robado al bosque
que con agujas
agigantado
se desploma contra el suelo.
Árbol pino
talado con adornos
frutos maduros
sangrando pedazos de
esmalte.
Odiamos la Navidad
cuando un grito
rodea el oráculo conífero
y una cortina salpica
terciopelo.
Los infantes bélicos
corren debajo de la cama
cierran puertas
taponan ojos
bélicos infantes.
No conocemos las bombas
pero la arma dura
nos vuelve escarabajos
enterrados en papel.
Un pasillo
es el riel que conduce
al lamento.
Yo no llego soy tan pequeño.
Un trozo de bola
refleja su cara,
la misma henchida
que aguardará
en la sala de urgencias.
Odia la Navidad
por culpa de Adán.
Nuestra guerra
nació huérfana
en casas sin ventanas.
Infamia bélica.
Odio la Navidad.
Lluïsa Lladó.
Poema Carcicoma Navideño.
bélica la infancia
odiamos la Navidad
el útero verde
robado al bosque
que con agujas
agigantado
se desploma contra el suelo.
Árbol pino
talado con adornos
frutos maduros
sangrando pedazos de
esmalte.
Odiamos la Navidad
cuando un grito
rodea el oráculo conífero
y una cortina salpica
terciopelo.
Los infantes bélicos
corren debajo de la cama
cierran puertas
taponan ojos
bélicos infantes.
No conocemos las bombas
pero la arma dura
nos vuelve escarabajos
enterrados en papel.
Un pasillo
es el riel que conduce
al lamento.
Yo no llego soy tan pequeño.
Un trozo de bola
refleja su cara,
la misma henchida
que aguardará
en la sala de urgencias.
Odia la Navidad
por culpa de Adán.
Nuestra guerra
nació huérfana
en casas sin ventanas.
Infamia bélica.
Odio la Navidad.
Lluïsa Lladó.
Poema Carcicoma Navideño.