Reclusión

Una cortina con estampados
cubre este ventanal
de los ojos edificios.
Aislamiento de la mirada
cuarzos de gente
lanzada en sus divanes
y el viento que trajeado
levanta la hojarasca artificial
de la prensa.
Este secreto a espaldas de la voz
en un sofá de gente
y la compañía de un televisor
de agua.
Con la piel de pijama y el cabello
sin manos
entre la división de un libro
y una carretera.
Por eso ante los avatares
y el sarampión de la pena
la ninfa se recluye
con la decisión aparcada
tras los cristales sin que nadie
lo se pa y estambre.
Flor de noche
escritorio de poesía de nevera.




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