Bruma

Paseas al lado de anguilas
que muerden la manzana de tu pena. Pena de maíz quemado.
De leche agria cuajando las esquinas de los senos.
Que contienen el plomo de tu congoja
en la tóxica conjetura almendra
para tallar balas
que tirotean el revés del tejido
hasta convertirse en un colador
de agua.

Has sentido alguna vez la esperanza.
Traducida en un eco de posibilidades.
La voluntad de lana y lepra.
El esperpento de los que miran al cielo
buscando el dolor melocotón
de lluvia que no llueve.
Mayo de guateque con los silencios
de los cuchillos dibujando heridas
de peces moribundos.
Supongo, que fenecer para unos
es matarte en vida.
Atropellada bajo las ramas.
Y el cuentakilómetros
de un corazón perro guía.

Ver un sofá en llamaradas,
la espuma chorreando
el llanto de un pescador.
De una madre vestida de reloj atmosférico
detrás de la niebla.

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