Amargura

No distingue la noche del día tu garganta. Pájaro nocturno
que tronco mora la viscosidad del hermetismo.
De tanta palabra envolvente
a la corteza de estas manos que
quietas parecen alambres de un país
asaltando a otro país sin timbre.
Rebasar la tiza, la hendidura.
Cavar el muro para que de sus raíces
los alucinógenos proliferen.
En este vivaracho ojo de cuervo.
De cámara en la pantalla digital.
De nido abierto en cada brecha
de animales, domésticos saltimbanquis,
con el permiso
de los náufragos.
En la madera. Reclutando cada palo, vara y spider
Para llegar desde el dolor.
Y ser árbol paraguas
de seres que agrietan
desde el cemento de las casas
hasta la arruga lombriz
que surca esta piel fachada.
Pájaro nocturno.
Para desaparecer a la luz..
Del anhídrido.
De los pesticidas.

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