Hasta el cono.

Otra noche de hilera de hormigas.
Otra noche de filo de cualquier.
Otra noche nicho nacho...
De caca. De miseria.
De soportar a la mariposa enferma.
De pies rallados.
De proseguir el helado de la desesperación.
De que no observes por el agujero
de tu culo, el egoísmo exacerbado.
Que modera mi vida a tu necesidad
corporativa.
Con este desprecio llavero.
De paseos de bata por los hospitales.
Con el pijama impecable.
Y despedir a las celadoras
y otros parámetros como si fueras
Jean  Dean con camisa de cuadros.

Servicio y atención asegurada.
Y yo un ciruelo
y el laxante perfil
de llegar exhausta y no tenga
ni un ápice de misericordia.

Cuánta rabia decora el ala.

Si te preguntas si estoy cabreada.

Responderá la luna.

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