Rechazo mudiente

Otro lunar se ha revelado.
Y es que cuanto más vivo
más brío toman en mi contra.
Está amorfo y rojo.
Parece un corazón atropellado.
Y soporto la pinza alterna
de su batería
que suministra quemazón.

Estoy agotada de la proyección nómada.
La manera de sobrellover las cosas.
Fatigarme como las ballenas del Atlántico.
En el observatorio de los que aman
sujetos a un contrato temporal.

Y los faros calladitos de día.
Y la bruma que protege a las estrellas
de nuestros ojos.

Y aún recuerdo lo que dije,
si él me amara yo lo dejaba todo.

Pero él no dice nada, está con sus cosas.
Y admito hecha arroz y trizas
que si de él dependiera ya hubiera vociferado las emociones.

Soy un poliedro. Un decálogo.
Y vivo en la corriente amazónica
porque yo también confesaría
el color que embadurna mi ánimo
al verle.

Pero, para qué.
Paracoches.
Paraguay.

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