Sputnik me despertó a las 6:30

Con mis manos desnudas
y el corazón cantando
la quietud de estas alforjas de hueso y carne.

Del lunar y la piel con la gravedad
de los astronautas. Vira viral
el libro alrededor de la cabeza.

Tanto astro que muela.
Tan poca la coyuntura del Paracetamol
y un vaso, pozo de vidrio.
En la expedición del amanecer en los cuartos.

Me gustaría girar alrededor del libro
planetaria melodía
y brindarle amaneceres.
Pero nos quedamos quietos en nuestros mundos de marciano.
Y el libro completa su elíptica.
Él se mueve. Proyecta su sombra
a través del eco foco de la ventana.

Créeme sol no tienes nada que hacer.
Ni tú tediosa luna de lobos, bolos y aceitunas.
Él robotizado y alienígena.
Dentro del silencio ancestral de los cometas.
El libro.
Con su ciclo de páginas.
Y nosotros memos cohetes dando vueltas
como moscas sobre el plato. O peor aún
alrededor de una cara famélica.
Condenado a desaparecer.

Ll.Ll.

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