Parodia lilas

Mi madre asegura que las magdalenas la incitan a que no quede ninguna en la bolsa.
Que poseen sustancias adicionales.
Ella controla el chocolate. Con la suficiente
voluntad para no engullirlo.
Pero las magdalenas.
Son manjares del Parnaso
que para una mujer diabética es la penitencia más dura.

Mi madre hoy ha llorado. Era el cumpleaños de su pareja que hace
seis años también desapareció cómo
el enigma de las magdalenas.

No me gusta que llore.
La noto fatigada.
Me ha dicho lo contenta
que se ha puesto porque he ido de visita.

No recuerdo quién me enseñó a perdonar.
Pero fue la medicina,
el antídoto
del imperio de las magdalenas.
Del dolor al destierro.

Sé que no fue mi madre.




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