Manipulación hotelera.

Los abetos se disfrazan
y los nidos flotan
dentro de la sopera.

Y veo cartones a puñados
cerca de un contenedor vacío.

Es esto el consumo, la campaña paté,
el polipiel de barba cana y traje rojo
con regalo mediático
más panfleto en papel
de promesas electorales,
de mesías que buscan sus propios belenes
en adosados cerca de la cerca, lejos del pueblo.

Quisiera saber qué siente la bola esmaltada,
el reno del trineo
harto de jornadas laborales sin descanso.
La plaga de langostinos
con la alineación delante del cajero.

Habrá esta noche un juguete sin niño.
Mudos en sus embalajes
de pasillos de centros.
Un plato de plástico.
Un vaso de vino en brick
en el hueco de una escalera
sostenido por un anónimo.

Sociedad de las bolsas
en que el primer día
que fueron tarifadas,
nadie habló
y el albergue
siguió aumentando su prole.

Levantarán las copas
y en los estanques nadarán los pactos.

En suciedad de discoteca.
En "fulanilandia" en temporada alta.

En un cuerpo
postrado en una cama de hospital
atado a un suero
como una bola de navidad
a su árbol.

Escuchando los cohetes de la ribera.

Y el fin del mundo sin ruido.






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