Desde Italia empieza el poema.

Viajando en la herramienta del carpintero
con la medida de los centímetros.
Observo la bajeza
de cada uno de los pantalones
de estos personajes sitiados.

Extravagantes terminaciones.
Algunas arrastradas otras malmetidas.

En dobleces burdas.
Rugosidad o al filo
de un pespunte como tiras
de manos que nunca se alcanzan.


En el metro
con gente sentada
vestida a la manera
de la difamación.

Ll.Ll.

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