El suero de la verdad.

No es cuestión
de platicar a los cinco continentes ni al corte inglés.
que soy un islote a la deriva.
Tengo la fortuna de que aprecio los pequeños detalles

Esta incomprensión
de mi manera de confrontar
las necedades.

Armada de valor, he acudido, a desgranar la verdad
que anhelaba engendrar en tu oído,
pero, sentía tanto pavor a la respuesta
como una hormiga viento
que una gota lluvia la ahogaba.

Si ya lo sabes todo, qué hago sentada en esta cama
mirando a una pared de ladrillos de tierra,
qué sucede en mi boca piraña
dando vueltas para convertir este amor en una liana
que se estrangula con cada una de las alusiones.

Fui vaquera con los brazos 
a tasar si detrás del efluvio latía mi nombre en tu coraza.

No entiendo de comportamientos humanos
aprendí a amar con las máquinas.

Y te pareceré una egoísta estrafalaria, pero es la primera vez
que ha saltado mi corazón por un precipicio.

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