No pongas vallas al bosque.

De noche
vino con el preludio de los camiones
de basura.

Me dijo que no me fuera.

Con el timbre,
con la presencia de las farolas como punzadas lunares;
la una de la madrugada,
abrigado con la barbilla y unas orejas tiernas.

A las cinco vespertino
detras de la puerta de entrada:
la alfombra.

No te vayas,
cobaya,
bayas del bosque.

No te vayas.

Y yo oliendo el regusto del arandano
del visionario encuentro.

No te vayas.
Hay peligros.

Monticulos, rios, castanyes y cuervos negros.

Hasta en el ultimo momento del despegue sinalefa.

Y me fui.
 


Comentarios

  1. Siento la falta de acentos, lo enmendare en Espanya. Bueno y enye ya ni cuento...

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