Y con mucha honra.

Soy poeta,

desperezo la sábana
con el bostezo automovilístico
cada jornada. 

Despertador que nace embrión
de un móvil hecho en China.

Soy poeta. 

Y andando cruzo la mediana
de uniforme vestida,
abro la barrera del centro comercial.

Y los obedientes zapatos
son mudos caminantes
que sus pies esperan.

Soy Poeta
y despacho calzado:
Uno, dos o tres.

Charol soneto con tiras adjetivas.

Soy Poeta cuadro-cajas,
libero etiquetas
con síndrome de apócope.

Los que usted quiera, señora,
son cómodos o altos.

Como una vida sin suelas
sonrisa y mano tendida.
Soy poeta
asalariada de prole
con horario decadente
y puño en alto almidonado.

Porque señora soy trovador

y vendo botas:

mi mejor poema.

Lluisa Lladó. 

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