DIARIO DE MI NUEVA CONVIVENCIA.

Siempre he sido una mujer con suerte
nací con tres coronilla
y eso según la familia
marca el destino.

Alejandro Magno
las poseía
y científicos alemanes
relacionan los remolinos
con la capacidad del lenguaje.

Así que visto lo peinado
me enorgullezco
de ser nadie,
tengo más que un par de telarañas
y una bonita sonrisa,

estoy acostumbrada
a intrigas de palacio
y llevo una vida tranquila,

me agrada mi nueva casa,
es muy grande
y convivo con otras personas y un perro.

Basta que no quieras mimos del can
para que tenga más fijación
con mi mudez y desidia,
ellos hablan y parezco la mujer del indivisible,
es una experiencia
que he provocado
para estudiar mis reacciones psicológicas,
soy discreta y poco ruidosa
todo lo contrario
a mi vida callejera o nocturna.

Limpio muchas veces la habitación,
soy alérgica y no me gusta
ni el polvo ni los ácaros,
agua a litros bebo,
y la botella siempre anda cerca.

A veces tose mucho
mi compañero de cuarto,
hoy me descubrió en el pasillo
y se quedó paralizado,
con un Hola,
bueno...pasé de él,
porque soy una mula de tres coronillas,
parecía un asesino en serie,
no me gustó nada,
bebe y fuma mucho,
es desordenado
asomé mi hocico
de curiosa felina
y vi latas por todo y un desorden horrible
en toda la habitación,

disciplinada
nadie apostaría cincuenta euros
en pensar que todos mis cajones
están ordenados,
los tengo archivados
y sé muy bien donde se hallan las cosas

Duermo con la puerta
atrancada de mi cuarto,
si entra el susodicho
a mí me da un patatús.

Por iniciar este experimento
que me reportará ahorro económico
y nuevas situaciones
mis amistades me han dicho que estoy como una cabra,
mi psicoterapeuta no, me ha apoyado.


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